¿Alguna vez te preguntaste cómo fomentar el crecimiento de tu bebé? Resulta que la respuesta no es complicada: son los momentos cotidianos de conexión y contacto. Estas interacciones son más que abrazos; son vitales para el desarrollo emocional, social y cognitivo de tu bebé.

 

 

 

 ¿Realmente importan los abrazos?



¡Por supuesto! ¿Sabías que el tacto es el primer sentido que desarrollan los bebés? A las 7 semanas de embarazo, los bebés comienzan a sentir. Este sentido sigue siendo un aspecto crucial de su crecimiento y desarrollo después del nacimiento. Los abrazos, las caricias, el contacto piel con piel y los juegos suaves ayudan a estimular su cerebro, mejoran el bienestar emocional y fomentan las habilidades sociales. Durante estas interacciones se libera oxitocina, a menudo llamada la "hormona del amor", que crea sentimientos de seguridad y afecto. Esta hormona del vínculo reduce el estrés, promueve un aumento de peso saludable y apoya el desarrollo cerebral. Por lo tanto, cada vez que abrazas a tu hijo, no solo estás compartiendo un momento, sino que estás construyendo las bases para su futura salud y felicidad.

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Recién nacidos

El método canguro, en el que los recién nacidos se colocan contra el pecho desnudo de sus padres, es fundamental para regular la temperatura corporal y reforzar el sistema inmunológico. Esta práctica íntima se fomenta tanto para las mamás como para los papás, ya que fomenta un vínculo emocional desde el nacimiento hasta la infancia. El porteo también mantiene a los pequeños cerca durante las actividades diarias, lo que mejora la cercanía y la comodidad.

Niños pequeños

En el caso de los niños pequeños, el contacto continuo a través de abrazos, juegos suaves y actividades interactivas como masajes o yoga para bebés favorece la seguridad emocional y la autorregulación. Estas interacciones amorosas son fundamentales a medida que los niños pequeños exploran su independencia sabiendo que tienen un espacio seguro y reconfortante al que regresar cuando lo necesiten.

Niños

El afecto físico no conoce límites de edad. A medida que los niños crecen, el contacto físico sigue siendo vital para el bienestar emocional y el vínculo afectivo. Más allá de los abrazos y las caricias, tomarse de la mano durante los paseos, las rutinas para la hora de dormir y las palmaditas suaves en la espalda fortalecen la relación entre padres e hijos. Estos gestos de conexión fomentan la cercanía y brindan tranquilidad a medida que los niños deambulan por su mundo en expansión con confianza y alegría.

¿Buscas más inspiración?

  • Libro: El Toque Vital - Sharon Heller

  • Vídeo: Contacto piel con piel

  • Artículo: Método canguro: qué es y sus beneficios

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